Hackeando mi propia mente

¡Buenas! Qué alegría verles por acá, otra vez. Esta edición de Marginalia va a ser un poquito diferente a las que hemos enviado hasta ahora, pero nos entusiasma jugar con la idea del intercambio y no atarnos a un formato específico. Valen está a full estudiando para un final y yo anduve muy atareado, entre resfriados y laburo, así que el podcast se va a desfasar un poquitín más de los newsletters. Espero que disfruten este envío.

Hackeando mi propia mente

Espero me permitas, querido Valen, un uso tan libertino de la palabra "hackear". Espero poder persuadirte de que no es tan grave como parece. Hace un mes, más o menos, mi amigo Andrés me recomendó un programita que es mucho más interesante de lo que parece. Se llama LogSeq, y es básicamente un editor de texto que te permite ir vinculando las distintas entradas de múltiples maneras. ¿Viste que te conté que estoy usando las RocketBook? Se han convertido en un complemento muy interesante para cómo estoy leyendo y apuntando cosas.

LogSeq, me dijo Andy, es un gran gestor para todas tus notas y apuntes que vayas tomando. Él lo usa para su doctorado -en parte-, pero cuando empecé a leer algunas de las cosas que otrxs usuarixs hacían con algunas de sus características (tiene un diario incorporado, por ejemplo. Ya te cuento más sobre eso) posta que flasheé. Algo que he intentado implementar para descubrir como espera de alguna manera el programa que interactúes con él, es usar un pequeño proyecto de demostración para familiarizarme y ver de qué manera podría adaptarlo a mi flujo de trabajo (si es que vale la pena del todo). LogSeq "pesca" en su carpeta archivos de texto plano (.txt o .md) y se arma una base de (meta)datos para ir referenciándolos de manera cruzada. Y vos le podés ir indicando que, por ejemplo, este texto que estoy armando ahora es de #Marginalia, y va a ir cruzando datos entre otros para ir amando una red entre ellos. Si ya tenés archivos de otro lado, se los podés agregar y los integra). Muchas de estas cosas no son nuevas, ya lo hacía Roam Research (que también probé y no me gustó), lo hace Notion y hasta Obsidian hasta cierto punto. Pero lo que me copó es la forma en la que LogSeq toma elementos de cada una de estas alternativas y las hace funcionar de una manera que me cuadra mucho más. Lo que más me gusta es que son archivos de texto que viven en donde yo quiero y no en los servidores de nadie. O sea, quiero que vivan en los servidores de alguna nube, pero podría tenerlos en el disco, local.

Dije que tenía diarios, ¿te acordás? Cuando apenas abrís LogSeq te muestra una página con la fecha de hoy. Y si tenías, en algún lado, una tarea con fecha de hoy te va a aparecer. O sino, podés escribir una y ponerle fecha de más adelante y aparecerá entonces. Pero también podes usarlo para registrar avances en algo que has hecho. O simplemente una entrada de tipo "querido diario". Abandoné un poco mi diario de papel, que llevaba desde principio de año, por esta función de LogSeq. Me armé una plantilla que puedo invocar con comando (tipo /plantilla) que ya tiene algunas cositas precargadas, cosa de no tener que escribir los mismos títulos siempre. Le estoy poniendo todos los correos de Marginalia, que exporto de Notion a un archivo .md y les voy agregando etiquetas y es lindo ver como se van desprendiendo temas. Y digo "viendo" porque te muestra un gráfico tipo nube con los distintos nodos. Es la función que menos uso, pero de las que más llama la atención. (Los puntos amarillos son los que tienen alguna referencia bibliográfica cargada porque funciona con Zotero y es una magia).

Y a LogSeq va casi todo lo que voy escribiendo. Notas de un libro que leí, o sobre un tema que me interesó (una especie de método zettelkasten) pero también escritos más largos (como este, o el abstract de un artículo de un congreso). Hoy me senté en la compu e hice un largo descargo mental en el diario, pero después entré a ver los diarios de los días anteriores y fui notando una especie de hilo conductor entre las entradas de los últimos días. Y tuve una especie de insight sobre algo que me venía molestando hace un par de días. No digo que quiero reemplazar mi terapia con un análisis semántico de las entradas de LogSeq, pero me resultó interesante ver como se desenvolvía frente a mis ojos.

Pensé que podría ser interesante para compartir con vos y antes de mandarte un audio de una duración imperdonable por Telegram, abrí LogSeq y empecé una página nueva con el título "quinto envío de Marginalia".

Un abrazo,

Juli.

Querido Juli,

¿Cómo estás?

No sabés cuánto me tentó esto que me contaste. Como creo que te conté, estoy estudiando hace un par de semanas con especial intensidad para rendir un final en diciembre. Es uno de los tres que adeudo de la carrera. En este caso, Historia de la Filosofía Moderna. Ya estudié a Descartes, sigo con Spinoza y pronto me tocarán Leibniz, Hume y Kant. Obvio que muero de miedo.

Justo anoche pensaba en si estoy usando la mejor herramienta para tomar notas. Adopté Paper, de Dropbox, que es donde de hecho volqué mis notas de clase en 2017 cuando cursé la materia. Aquel fue el primer año en que empecé a llevar laptop a la facultad. Tenía, y aún conservo, una Toshiba Chromebook tan barata pero confiable que pensar en que me la robaran en la calle me aterraba pero no hubiera sido tan terrible.

Todo esto me hizo recordar, además, que nunca fui bueno tomando notas en clase. O bien presto atención y entiendo lo que se me dice, o bien lo reflejo en los apuntes. Elegir qué es más importante no es trivial. Por eso me resulta increíble que gracias a la pandemia algunas personas hayan tenido la posibilidad de volver a revisar clases grabadas. Como siempre, desencajando con mi entorno propuse grabar las clases y transmitirlas en vivo en 2011, pero rápidamente me explicaron que ningún docente accedería a transmitir sus clases. Desconozco los motivos, pero dado que la Universidad de Buenos Aires es "pública y gratuita" hubiera asumido que las clases de hecho le pertenecen a quienes pagan sus impuestos para que sucedan. Aparentemente no.

Recién me descargué Logseq y le cargué mis notas de una materia que rendí en marzo. No me funcionó. Pensé que reconocería entidades como "Cicerón" y lo vincularía a través de las notas, pero creo que espera, como todas las malditas herramientas, que me acomode a lo que espera en vez de que se acomode a mis notas.

Se me ocurre que debe haber alguna herramienta que pueda identificar entidades y hacer un buen análisis al respecto. Un poco como lo que hace la función "X-Ray" de Amazon para sus libros: estás leyendo lo que sea, ficción o no, y podés ver a lo largo del libro dónde se lo menciona. Supongo que ya encontraré algo así. Me serviría mucho para poder organizar la información. Quizá hoy procrastine un poco con esto.

El estudio para la facultad, distinto al que hago para mi escritura, me devolvió al placer de hacer una sola cosa por tiempos prolongados. Noto con suma facilidad que lo que más afecta mi humor son las interrupciones. Poder hacer algo por horas me hace sentir quien soy. Creo que un poco por eso hace casi dos semanas que no miro nada. Cuando me tomo un rato miro videos de Conan O'Brien, com quien estoy algo fanatizado, pero no encuentro la motivación para mirar una serie o película.

Me invitaron a ver The French Dispatch la semana pasada, la última de Wes Anderson, una película innecesariamente larga que hubiera sido una linda serie. Pretende ser una declaración de amor al periodismo de crónica, y en parte lo logra, pero creo que pierde el rumbo por momentos. Visualmente es una maravilla, claro que sí.

Creo que a pocas cosas le temo tanto como a la evaluación académica. Quizá por eso en las últimas semanas compensé el estudio de estas cosas con aquello que realmente disfruto: el aprendizaje autodidacta. Programar me hace sentir menos inútil y contrasta con lo tonto que me hace sentir el estudio en general.

Pero nada de eso quita que no lo esté disfrutando.

Ordenar el conocimiento es, sin más, la motivación original que puso en marcha a Google alguna vez. Y es probablemente lo que motivó al movimiento enciclopedista, e incluso a la reformulación de la escritura a lo largo de la historia.

El hipertexto es quizá el mayor hito en esta larga secuencia. Me pregunto cuál será el próximo.

Un abrazo,

Valen